miércoles, 18 de julio de 2012

La ciudad rosada de Petra, Jordania


Petra es un importante enclave arqueológico de Jordania y el antiguo reino nabateo. El nombre de Petra es perfectamente adecuado, ya que no se trata de una ciudad construida con piedras sino, literalmente, enclavada y esculpida en piedra. 


El asentamiento de Petra se asienta en un valle angosto, al este del valle de la Ávara, que se extiende desde el Mar Muerto hasta el Golfo de Aqaba. Los restos más célebres de Petra son, sin lugar a dudas, sus construcciones labradas en la misma roca del valle, en especial los edificios conocidos como El Khazneth (El Tesoro) y El Deir (El Monasterio).


Fundado en la antigüedad, a finales del siglo VII de Cristo por los edomitas, fue ocupado en el siglo VI antes de nuestra era por los nabateos que la hicieron prosperar gracias a su situación en la ruta de las caravanas que llevaban el incienso, las especias y otros productos de lujo entre Egipto, Siria, Arabia y el sur del Mediterráneo. Hacia el siglo VIII, el cambio de las rutas comerciales y los terremotos sufridos condujeron al abandono de la ciudad por sus habitantes. Cayó en el olvido de la era moderna, y el lugar fue redescubierto para el mundo occidental por el explorador Johannes Ludwig Burkhardt en 1812.


Numerosos edificios cuyas fachadas están directamente esculpidas en la roca, forman un conjunto monumental, único, que a partir del 6 de diciembre de 1985 está inscrito en la lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO: la zona que rodea el lugar es, también, desde 1993, Parque Nacional Arqueológico. Desde el 7 de junio del 2007 Petra forma parte de las nuevas Siete Maravillas del Mundo. 


Petra se encuentra a mitad de camino entre el Golfo de Aqaba y el Mar Mediterráneo a una altura de 800 a 1396 metros sobre el nivel del mar, en un valle de la región montañosa de Edom, al este del Valle de Araba. La situación de Petra escondida, o más exactamente construida en gran parte en la misma roca, como si de una escultura se tratase, está embutida entre rocas abruptas y empinadas entre los pasadizos o pequeños cañones escavados por la erosión del agua a través de miles de años. Dispone de un suministro seguro de agua, lo que hace que sea un lugar propicio para el desarrollo de una próspera ciudad. 








La presencia de agua y la seguridad proporcionada por el emplazamiento de Petra hizo de ella una parada natural en la intersección de varias rutas de caravanas que conectaban Egipto, Siria y Arabia con el sur del Meditterráneo, cargadas, sobre todo, con productos de lujo (especias y seda de la India, de marfil de África, perlas del Mar Rojo e incienso del sur de Arabia). La resina del árbol del incienso (Boswellia) era codiciada en todo el mundo antiguo como una ofrenda religiosa especialmente valiosa y también como medicamento.


En su origen los nabateos eran un pueblo nómada, sus construcciones son simples tiendas de piel de cabra. Después excavaron habitaciones muy sencillas en la roca: con fachadas lisas, con una puerta en el inferior y uno a dos cortes en forma de escalera. Se trata de una adaptación nabatea de las tumbas Sirias. Estando en constante contacto con las civilizaciones de su entorno, hizo que se inspiraran en sus estilos, especialmente en el de Alejandría.


En el siglo I se inició la construcción de edificios monumentales: las tumbas de Deir, del Palacio y de Corintio. Durante el siglo II, los constructores de la ciudad adoptaron detalles constructores helenísticos: (frisa arquitable, pilastra...), y crearon un estilo nuevo de capitel, todavía hoy llamado nabateo.


Utilizaban cada vez más solo las estructuras decorativas, algunas inspiradas en el arte aborigen: rosetones, animales de la región o de otros lugares (elefantes, leones, águlas), esculturas inspiradas en la Antigua Grecia. Las familias más ricas de la ciudad contrataban arquitectos para crear tumbas que contienen fachadas muy decoradas. Asimismo decoraban el interior de sus casas con estuco, pintadas en colores brillantes.


Aunque los edificios públicos, monumentos y tumbas indican una fuerte influencia helenística y de otras civilizaciones, con sus columnas peristilios y otros detalles extranjeros, las zonas privadas de los nabateos sigue el estilo árabe. A menudo carecen de ventanas y gustan de pequeños patios interiores tranquilos, como ocurre en el Oriente Medio. Los techos de las casas bajas (una o dos plantas) son planas y sin azulejos y todos, excepto los ricos, que prefieren mosaicos, tienen suelos de losa. A menudo hay bancos de piedra para sentarse durante las comidas, pero el resto del mobiliario parece haber sido la madera. Las cocinas están ubicadas fuera de la casa principal para reducir al mínimo el riesgo de incendio.


La mayoría de los edificios de Petra no se construyeron sobre una red de calles sino en las terrazas naturales a lo largo de las paredes del valle, o excavadas en la roca. Los asentamientos se emplazan cerca de las fuentes y se formaron como sencillos campamentos tributales. 








En los lugares considerados sagrados para los nabateos, colocaron piedras formando un conjunto llamado baétryles, literalmente, casa de Dios. La entrada al Siq fue coronada por un gran arco, del que solo quedan las huellas, a un lado del cañón, a causa de los estragos de la erosión, de los terremotos y las inundaciones. A lo largo de las paredes hay pequeños nichos que contienen esculturas de dioses. Una muralla, de la que quedan muy pocos restos, protegía Petra de los ataques enemigos.


Hay un teatro que fue originariamente construidopor los nabateos en el siglo I, con una capacidad de 3000 espectadores, que luego fue ampliada por los romanos a 8500 espectadores. Fue tallada mayormente en la roca, pero la parte del proscenio fue construida con una mezcla de roca tallada y de albañilería, tenía una orquesta semi circular y gradas en tres niveles superpuestos en forma de luna creciente. El teatro fue descubierto en 1961 y sacado a la luz por un equipo de arqueólogos americanos.


El Qasr al-Bint fue uno de los principales templos de la ciudad, y una de las pocas estructuras construidas, en vez de tallada en la roca. Destruido por un terremoto, fue reconstruido más tarde. Muchos de los otros monumentos se construyeron duranmte el reinado del rey AretasIV Philopatris (del año -9 al año 40 después de Cristo).


Durante la dominación bizantina se construyeron grandes iglesias fastuosamente decoradas con piedras traídas de Grecia, Egipto y otras tierras lejanas. A menudo utilizan el mármol y el granito en los antiguos templos nabateos y romanos. La iglesia bizantina, descubierta en 1990, fue construida en el siglo V, se encuentra al norte de la calle de las columnas. Se decoraron con mosaicos y teselas de vidrio y piedra, a veces cubiertas con hojas de oro. La iglesia fue víctima de un incendio a finales del siglo V, que destruyó el mármoly dañó más de 140 papiros que se mantenían en una sala adosada perteneciente a una familia acomodada.








Son las investigaciones sobre las incripciones de Petra lo que permitió los mayores descubrimientos. Las rocas de Petra están cubiertas por cerca de 4000 inscripciones, de las que un 80% son firmas, en su mayoría de peregrinos religiosos pre-islámicos, que dejaron las huellas de su piedad. Los nabateos que la mayoría de las veces escribieron en papiro y en piel, materiales que se destruyen rápidamente, no tenemos otra opción más que el estudio de las inscripciones realizadas en las piedras de Petra, y en otras partes del Oriente Medio. 


La sociedad anglo-sajona tuvo noticias de la existencia de Petra, principalmente a través de las historias de religiosos británicos como John William Burgon, que la describió como una ciudad de plata, tan antigua como el tiempo, aunque él mismo, al igual que muchos de sus contemporáneos nunca había visitado la ciudad y sabía de ella solo por las litografías y pinturas del escxocés David Roberts, que, a partir de 1839, publicó en su libro Égypte, Syrie et Terre Sainte. De hecho, hasta la Primera Guerra Mundial la ciudad solo era accesible por los europeos si iban acompañados por los guías locales y escoltas armados.


En 1868 la caravana de pintores francés, compuesta de Gérôme, Bonnat, Paul Lenoir, la guía-intérprete Mousali y el fotógrafo Goupil, trataron de retratar durante su viaje al Sinaí, Fayoum y Petra, los bienes culturales de la ciudad, pero el resultado fue decepcionante porque durante dos días las lluvias torrenciales no los dejaron trabajar.


En 1930 Agatha Christie situará la intriga de su novela  Encuentro con la muerte (1937), en Petra. Tintín, un héroe de dibujos animados belga, visita Petra en el álbum Coke en Stock.


Los productores de Hollywood, a través de películas como Indiana Jones y la Última Cruzada, Mortal Combat, la destrucción final y El retorno de la momia, aprovecharon para hacer los decorados en Petra. 





No hay comentarios:

Publicar un comentario