jueves, 23 de mayo de 2013

Piazza Navona, Roma



La Piazza Navona en Roma es un ejemplo muy interesante de la evolución de la fábrica y el espacio urbano. Desde su creación como estadio romano, a un mercado medieval, hasta culminar como una soberbia plaza barroca, la plaza Navona nunca ha perdido su carácter lúdico y su poder de congregar a la gente a su alrededor. Como parte del centro histórico de Roma es Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO. 

La plaza sigue el trazado de un antiguo estadio, el Stadium de Dominiciano, del siglo I, cuando los romanos iban a ver allí los juegos. Se la conocía como Circus Agonalis, con el tiempo cambió su nombre de in agone a navone, y más tarde, a Navona. Se estima que tenía capacidad para unos 30.000 espectadores, aun pueden verse algunos restos de las antiguas estructuras al norte de la plaza. 

Definida como plaza en los últimos años del siglo XV, cuando se trasladó el mercado desde el Capitolio hasta aquí, la Plaza Navona pertenece a la etapa barroca romana del papado de Inocencio X. Tiene creaciones escultóricas y arquitectónicas, como las bellas fuentes de Gian Lorenzo Bernini. La más importante de ellas es la que se encuentra en el centro, llamada La Fuente de los Cuatro Ríos, de 1651, representa los cuatro grandes ríos conocidos por entonces. 

La forma en la que la arquitectura barroca emerge de la renacentista (mejor dicho, de la manierista), tiene que ver con la necesidad de exacerbar la espiritualidad de los individuos , usando para ello la exuberante interacción de la arquitectura y el arte con su entorno urbano. Éste será trabajado de manera a exaltar la obra arquitectónica por sobre el conjunto, y el orden y racionalidad clásicos, utilizados durante el Renacimiento, dieron lugar a la sorpresa, dinamismo y tensión del barroco.





Los principios geométricos y teóricos renacentistas ceden ante desarrollos individuales, absolutistas, majestuosos y, a veces, absurdos. Además, mientras el Renacimiento se desarrolló gracias al mecenazgo de comerciantes, el arte, arquitectura y urbanismo barrocos están asociados al poder monárquico y eclesiástico del siglo XVII y XVIII.

Entre 1652 y 1866 la plaza Navona adquirió además una singular tradición: el piso de la plaza se inundaba los fines de semana de cada mes de agosto (bloqueando el desagüe de las fuentes) y se convertía en un lago en honor a la familia Pamfili. Por otro lado, el mercado que se celebraba en esta plaza fue trasladada en 1869 a Campo de'Fiori. La plaza ha albergado también representaciones teatrales y carreras de caballo. 

En la esquina Sur-Oeste de la plaza la familia Pamphini decide construir su palacio que en un primer momento orientan hacia la plaza vecina. Pronto el imparable crecimiento de la Piazza Navona, junto con otras circunstancias, les llevará a realizar una reforma que vuelque el palacio hacia la nueva plaza. 

Giovanni Pamphini, segundo hijo de la familia, se dedicó como mandaban las normas de la época a la carrera eclesiástica en la que poco a poco fue ganando poder. Tras ciertos enlaces familiares fue nombrado Papa con el nombre de Inocencio X. Su predecesor era recordado por su estrepitosa manera de gastar el dinero de las arcas papales, por lo que Inocencio X se vio en la obligación de moderar el presupuesto. Aun así no quiso renunciar a la creación de una residencia al estilo de los antiguos emperadores romanos. 

El antiguo emperador Dominiciano instaló su residencia en el Monte Palatino, donde mandó construir dos edificaciones, la Domus Flabia  correspondía a la parte pública de la residencia, mientras que la Domus Agustiana correspondía a la parte privada, donde se encontraban sus apostentos. Ambas estaban conectadas entre sí y a su vez lo estaban con un tercer espacio dedicado al espectáculo y a la diversión. 





Con esta idea en mente, Giovanni Batista Pamphini (Inocencio X) no puso encontrar mejor emplazamiento emplazamiento que el palacio de la familia en la Piazza Navona. Para llevar a cabo la reforma necesaria decidió comprar todos los inmuebles entre su palacio y la Iglesia de Santa Inés, ubicados en el centro de la plaza. 

En esta nueva residencia, al igual que en la del antiguo emperador romano Dominiciano encontramos tres partes diferentes: el propio palacio representa la parte privada, la basílica representa la parte pública, y la plaza que las une, donde antes se encontraba el antiguo circo, será la zona de espectáculos. 

Para adornar esta gran plaza encarga, en 1645 al arquitecto Borromini una nueva conducción de aguas hasta la plaza Navona alejando el escaparate de Roma de la residencia de los Barberini (familia del Papa predecesor) y trasladándola a una nueva plaza privada. Llama la atención que no se le haya encargado la obra a Gian Lorenzo Bernini. Los motivos de tal decisión fueron las siguientes: 


  • Bernini había proyectado demasiadas fuentes para la familia Barberini, enemiga de los Pamphini.
  • Bernini acarreaba sobre sus espaldas el reciente fracaso de su proyecto para los campanarios de la Basílica de San Pedro, ya que durante su ejecución aparecieron importantes grietas en los cimientos y se optó por derribarlas antes de que fueran terminadas. 


Con estos incidentes en mente le encarga el proyecto a Borromini que se encuentra en un momento de auge en su carrera. Propone coronar la fuente con un obelisco y en su base representar, mediante cuatro cabezas de león como surtidores de agua los cuatro ríos más importantes del mundo conocidos hasta entonces. El Danubio para Europa, el Ganges para Asia, el Río de la Plata para Sudamérica y el Nilo para África. 




Hacia 1648 el Papa ordena trasladar hasta la plaza Navona un obelisco que se encuentra abandonado en un antiguo circo de la ciudad. Para costear el traslado impone un pago de 25 escudos a todas las obras que se encuentren en ejecución en la ciudad. Hacia la misma fecha aparecen los primeros documentos que señalan a Bernini como futuro autor de dicha fuente. 

Existen dos versiones de como Bernini logró dicho encargo: 

  • Según la biografía de Bernini escrita por su propio hijo, el Papa propuso un concurso en 1647 para nombrar al encargado de construir la fuente. Bernini fue excluido de dicho concurso por los motivos antes mencionados. De todos modos un príncipe de la realeza convenció a Bernini de que realizara un proyecto para la fuente prometiéndole de que él se encargaría de presentársela al Papa. El príncipe cumplió su palabra e introdujo a escondidas la maqueta en el palacio papal. El Papa quedó absolutamente deslumbrado  y decidió darle el encargo
  • La segunda versión cuenta que Bernini decidió por su cuenta elaborar un proyecto para la fuente y que una vez que lo hubo diseñado fabricó una maqueta en 1,20 metros de altura en plata y se la regaló a la cuñada del Papa de quien conocía bien sus gustos

El elemento central en la obra de GIanlorenzo Bernini, la Fuente de los Cuatro Ríos, esculpida entre 1648 y 1651. Cuatro figuras de mármol dispuestas en dramática tensión representanal Nilo (cuya oscura faz representa los orígenes desconocidos de dicho río), el Danubio (que mira hacia los emblemas de Inocencio X), el Ganges (sosteniendo un remo por su longitud como río navegable) y el Río de la Plata (rodeado de moneadas para simbolizar la riqueza de América), representando cada uno de los cuatro continentes conocidos por ese entonces. Cabe recordar que Australia recién estaba siendo descubierta, y nadie sabía aun que era un continente. 





Además la plaza presenta dos fuentes a ambos extremos esculpidos por Giaccomo della Porta: al sur se halla la Fuente del Moro, de 1575. Casi un siglo después, en 1673, Bernini le aumentó la figura de un moro luchando con un delfín, de allí el nombre de la fuente. Adicionalmente cuatro tritones fueron añadidos en el siglo XIX. Al norte de la plaza se encuentra la Fuente de Neptuno, creada en 1574, aunque la estatua del dios marino fue recién añadida en 1878 por Antoio della Bitta. 

La Basílica de Santa Agnes en Agone fue construida sobre un santuario que databa del siglo VIII. Esta iglesia había sido encargada a Girolamo Rainaldi y su hijo Carlo, pero el diseño no satisfizo al papa. Por tanto, en 1653, ya con los cimientos construidos, Borromini se encargó de los diseños y de su construcción. 

Manteniendo la planta en cruz de la misma, alteró la fachada para darle una forma cóncava sobre la que se ubicaba una esbelta cúpula. Los cimientos de la propuesta original tenían forma de cruz griega, a la que Borromini añadió ocho grandes columnas de mármol rojo para sostener la cúpula, enfatizando la percepción del espacio como octogonal en lugar de cruciforme. 

La revolucionaria fachada cóncava influenció otras iglesias barrocas en Europa. Además Borromini agregó dos torres laterales, lo cual da protagonismo a la fachada y la aleja de un esquema centralizado como es, por ejemplo, San Pedro en el Vaticano. La iglesia fue construida por Carlo Rainaldi luego del suicidio de Borromini en 1667. Finalmente fue el propio Bernini quien concluyó la obra en 1672, respetando en general la fachada de Borromini, añadiendo un pedimento ubicado sobre un ático. Su cúpula tiene frescos representando el martirio de Santa Agnes.

Además de la iglesia, otros importantes edificios están ubicados en la plaza, como el Palacio de los Pamphili, donde se ubica la galería con frescos de Pietro da Cortona, la Iglesia de Nostra Signora del Sacro Cuore, el Palacio Braschi, realizado por Francesco Orsini, a fines del siglo XVIII, el Palacio Lancelotti, realizado por Pirro Logrio en 1552 y el Palacio Tuccimei que data de mediados del siglo XVI.




2 comentarios:

  1. Muy bueno el artículo! Gracias! Lo comparto en mis redes.

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    1. Muchísimas gracias! Me alegro que haya sido de tu agrado!

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